Nuestra salvación no se trata de nuestras acciones si no de nuestra Fe en la sangre de Cristo. Nuestra Fe con un corazón correcto desata el favor de Dios para ser justificados delante de Dios.
Nuestra salvación no se trata de nuestras acciones si no de nuestra Fe en la sangre de Cristo. Nuestra Fe con un corazón correcto desata el favor de Dios para ser justificados delante de Dios.