En los tiempos que vivimos se necesitan padres, madres, hombres y mujeres de carácter e integridad. En otras palabras se necesita ser un buen y verdadero discípulo de Jesus. Tenemos que entender que ser un verdadero discípulo de Cristo significa que tendremos retos, necesitaremos morir al yo, y nunca debemos excusarnos de servir completamente a Dios.