La semana pasada aprendimos de Pedro, su amor por Jesús, su pasión y sus fracasos. Aprendimos que Dios vio más allá de su nombre Simón y lo cambio a Pedro, la roca. En este sermón, vemos que Pedro no cambió de la noche a la mañana, pero que más bien tuvo que pasar por un proceso: Metamorfosis. El dejo quien era y fue hecho nueva criatura. Fue de negar a Jesús por morir por el evangelio. Dios no solo nos cambia el nombre, también quiere que vivamos al potencial que el ve en nosotros.