El ser humano busca, anhela y desea ser tomado en cuenta. En las navidades vemos como desde niños hasta adultos estamos a la expectativa de regalos, celebraciones, reconocimiento sea personal o en lo profesional. Deseamos ser escuchados y respetados. Anhelamos ser amados y cuidados por otros. A nadie le gusta estar en un lugar o alrededor de personas en la cual debemos tener nuestras defensas en alta.
La realidad es que lo opuesto a todas estas cosas suenan muy común en estos tiempos. Vivimos en una sociedad donde se juzga, se falta el respeto, se vive aislado de el prójimo, donde hay orgullo y competencia. Una sociedad egocéntrica donde buscamos ser gratificados por encima de ser agradecidos.
Gálatas 6:9-10, la palabra de Dios no nos da una oportunidad de excusarnos de hacer el bien. El reto es que no nos cansemos de hacer el bien a TODAS LAS PERSONAS. Aun nos da un reto adicional para aquellos de la Fe, los cuales a veces los levantamos a un estándar imposible.
En 1 Pedro 3:8:11 encontramos lo que yo le llamaría una receta para hacer el bien:
En conclusión, el versículo 12 nos da el resultado de hacer el bien de acuerdo con los preceptos de Dios. Los ojos de Dios están sobre nosotros, escuchará nuestras oraciones y vencerá nuestros enemigos. ¿Quieres prepararte para tener un año exitoso? No pares de hacer el bien.